El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó.
Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:
-Perdone, ¡Pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?
El maestro respondio:
-La naturaleza del alacrán es picar, pero eso no va a cambiar la mía que es ayudar.
Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño.
solo toma precauciones.
Piensa que algunos persiguen la felicidad; otros la crean.
Tenlo presente siempre.
Y cuando la vida te presente mil razones para llorar,
demuéstrale que tienes mil y una razones
por las cuales sonreír.
Autor desconocido