domingo, 28 de marzo de 2010

Tú eres el resultado de ti mismo

No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente Tú , has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo, el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar, corrigiéndote.
Nunca te quejes del ambiente o de quienes te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer, las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o fortaleza de tu corazón.
Aprende a convertir toda situación en un arma para luchar.
No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfréntate con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos y la prueba que has de ganar.
No te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como niño.
Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar, y que ninguno es tan terrible para claudicar.
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de Tu dolor, de Tu fracaso.
Tú has sido el ignorante, el irresponsable, Tú únicamente Tú, nadie pudo haber sido sino Tú.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.
Aprende de los fuertes, de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo, y tus problemas sin alimento, morirán.
Aprende a nacer desde el dolor, y a ser más grande, que el más grande de los obstáculos.
Mirate en el espejo de ti mismo.
Comienza a ser sincero contigo mismo, reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte. Recuerda que dentro de ti hay fuerza que todo puede hacerlo, reconociéndote a ti mismo, más libre y fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias, porque Tú mismo eres tu destino.
Levántate y mira por las mañanas, y respira la luz del amanecer.
Tú eres la parte de la fuerza de la vida.
Ahora despierta, camina, lucha.
Decídete y triunfarás en la vida. Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.

Anónimo

Una palabra...

Una palabra cualquiera puede ocasionar una discordía.

Una palabra cruel puede destruir una vida.

Una palabra amarga puede crear odio.

Una palabra brutal puede golpear y matar.

Una palabra agradable puede suavizar el camino.

Una palabra a tiempo puede ahorrar un esfuerzo.

Una palabra alegre puede iluminar el día

Una palabra con amor y cariño puede curar y bendecir.

Amado Nervo

miércoles, 24 de marzo de 2010

Vivir con felicidad

Cierto día, un banquero americano, estaba en el muelle de un pueblito caribeño, cuando llegó un botecito con un solo pescador. Dentro del bote, había varios atunes amarillos de buen tamaño. El americano elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo le había tomado pescarlos.
El pescador respondió que sólo un poco de tiempo.
El americano luego le preguntó porqué mo permanecía más tiempo y sacaba más pescado.
El pescador dijo que él tenía lo suficiente para sastifacer las necesidades inmediatas de su familia.
El americano luego preguntó, ¿Pero, qué hace usted con el resto de su tiempo?
El pescador dijo :"duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, María, caigo todas las noches al pueblo, donde tomo vino y toco la guitarra con mis amigos. Tengo una vida full, chévere y ocupada".
El americano replicó, "Soy un MBA de Harvard y podría ayudarle. Debería gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más grande podría comprar varios botes, eventualmente tendría una flota de botes pesqueros. En vez de vender pescado a un intermediario, lo podría hacer directamente a un procesador, eventualemente abrir su propia procesadora. Debería controlar la producción y la distribución. Debería salir de ese "piche"pueblo e irse a La Capital, donde manejaría su empresa en expansión".
El pescador preguntó, "¿Pero cuánto tiempo tarda todo eso?"
A lo cual respondió el americano, "Entre 15 y 20 años".
"¿Y luego qué?"
El americano se río y dijo que ésa es la mejor parte.
"Cuando llegue la hora, debería anunciar un IPO (Oferta Inicial de Acciones) y vender las acciones de su empresa al publicó. Se volverá rico tendrá millones."
"Millones... ¿y luego qué?"
Dijo el americano, "Luego se puede retirar. Se mueve a un pueblito en la costa donde puede dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con sus hijos, hacer siesta con su mujer, caer todas las noches al pueblo donde tome vino y toque la guitarra con sus amigos".
El pescador respondió: "¿Acaso eso no es lo que tengo ya?"

Moraleja:
"Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya se tiene pero que muchas veces no vemos. La verdadera felicidad consiste en amar lo que tenemos y no sentirnos mal por aquello que no tenemos".
"Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas".


¡La felicidad es un trayecto, no un destino!


Anónimo

lunes, 22 de marzo de 2010

El árbol de los problemas

El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se daño y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora, su antiguo camión se negaba a arrancar. Mientras lo llevaba a su casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, m invitó a conocer a su familia.
Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo frente a un pequeño árbol y toco las puntas de las ramas con ambas manos.
Cuando abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa.
Después me acompaño hasta el auto. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que había visto hacer un rato antes.
Y me respondió: "Oh, ése es mi árbol de los problemas", Contestó. "Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana, los recojo otra vez".
" Lo divertido es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior."

Anónimo

domingo, 21 de marzo de 2010

El paradigma de la riqueza

Una vez un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a dar un paseo por el campo, con el firme propósito de que éste viera cuán pobres eran las gentes del campo; que aprendiera a dar valor a las cosas y lo afortunados que eran ellos.
Un día y una noche completos estuvieron conviviendo en una granja con una familia campesina humilde. Al concluir el viaje, y de regreso a su casa, el padre le pregunta al hijo:
-¿Qué te pareció el viaje, hijo?
-¡Muy bonito, papá!
-¿Viste qué tan pobre y necesitada puede ser la gente?
-¡Sí!
-¿Y qué aprendiste?
-Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un río que no tiene fin, a la orilla de su granja. Nosotros tenemos unas lámparas muy bonitas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta el borde de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte. Especialmente, papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo.

El padre se quedó mudo. Y su hijo agregó:
-Gracias, papá, por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser.


Anónimo

martes, 9 de marzo de 2010

Dame Señor

Señor, dame el día de hoy fe para seguir adelante,
dame grandeza de espiritu para perdonar,
dame paciencia para comprender y esperar,
dame voluntad para no caer.
Dame fuerza para levantarme si caído estoy.
Dame amor para dar.
Dame lo que necesito y no lo que quiero.
Dame elocuencia para decir lo que debo decir.
Haz que yo sea el mejor ejemplo para mis hijos.
Haz que yo sea el mejor amigo de mis amigos.
Haz de mi un instrumento de Tú voluntad.
Hazme fuerte para recibir los golpes que me da la vida.
Déjame saber que es lo que Tú quieres de mí.
Déjame tu paz para que la comparta con quien no la tenga.
Por último, anda conmigo y déjame saber que así es.

Anónimo

martes, 2 de marzo de 2010

Paganini

Había una vez un gran violinista llamado Paganini. Algunos decían que era muy raro. Otros que era sobrenatural.
Las notas mágicas que salían de su violín tenían un sonido diferente, por eso nadie quería perder la oportunidad de escuchar su espectáculo.
Una noche, el escenario de un auditorio repleto de admiradores estaba preparado para recibirlo, la orquesta entró y fue aplaudida, el director fue ovacionado, pero cuando la figura de Paganini surgió, triunfante, el público deliró.
Paganini colocó su violín en el hombro y lo que siguió fue indescriptible. Blancas y negras, fusas y semifusas, corcheas y semicorcheas parecían tener alas y volar con el toque de aquellos dedos encantados.
De repente, un sonido extraño interrumpió el ensueño de la platea, una de las cuerdas del violín de Paganini se rompió. El director paró, la orquesta paró, el público paró.
Pero Paganini no paró. Mirando su partitura, el continuó extrayendo sonidos deliciosos de un violín con problemas.
El director y la orquesta, admirados, volvieron a tocar, el público se calmó, cuando de repente, otro sonido perturbador atrajo la atención de los asistentes.
Otra cuerda del violín de Paganini se rompió.
El director paró de nuevo, la orquesta paró de nuevo, Paganini no paró. Como si nada hubiera ocurrido, olvidó las dificultades y siguío arrancando sonidos imposibles.
El director y la orquesta, impresionados, volvieron a tocar.
Pero el público no podía imaginar lo que iba a ocurrir a continuación, todas las personas asombradas, gritaron un ¡OOHHH! que retumbó por toda aquella sala.
Una tercera cuerda del violín de Paganini se rompió. El director paró, la orquesta paró, la respiración del público paró.
Pero Paganini no paró.
Como si fuera un contorsionista musical, arrancó todos los sonidos posibles de la única cuerda que sobraba de aquel violín destruido.
Ninguna nota fue olvidada, el director, embelesado, se animó, la orquesta se motivó.
El público partió del silencio a la euforia, de la inercia para el delirio.
Paganini alcanzó la gloria.
Su nombre corrió a través del tiempo.
El no es apenas un violinista genial.
Es el símbolo del profesional que continuó adelante aún ante lo imposible.

Moraleja:
Cuando todo parece derrumbarse, démonos una chance a nosotros mismos y sigamos adelante.
Despertemos al Paganini que existe dentro nuestro: ¡sigamos adelante para vencer!
Victoria es el arte de continuar, donde otros resuelven parar.

Anónimo

lunes, 1 de marzo de 2010

Vuelve a empezar

Aunque sientas el cansancio,
aunque el triunfo te abandone,
aunque un error te lastime
aún así, vuelve a empezar...

Aunque una traición te hiera,
aunque una ilusión se apague,
aunque el dolor queme tus ojos,
aún así, vuelve a empezar.

Aunque tus esfuerzos
no sean reconocidos
y a veces la paga sea la ingratitud,
aunque la incompresión corte tu risa
y todo parezca nada,
aún así, vuelve a empezar,
porque a la vida vale la pena vivirla...

Cecilia Prezioso