domingo, 27 de noviembre de 2011

Es difícil, Señor

Señor, no es fácil vivir en un mundo intranquilo y confuso.
Es difícil creer, cuando existe tanta incertidumbre.
Es penoso esperar, cuando hay tanta confusión.
Es difícil amar, cuando hay tanta decepción.
Es complicado ser honesto, cuando hay tanta maldad.
Es difícil cumplir con el deber, en medio de tanta competencia.
Es peligroso manifestarse, cuando hay tanta incomprensión.
Es difícil ser tranquilo, cuando hay tanta violencia.
Es difícil ser luz, en medio de tanta oscuridad.
Es difícil ser humilde, en un mundo que aprecia la gloria y el prestigio.
Es difícil ser camino, cuando hay senderos tan diversos.
Es difícil consolar, cuando hay tanto desespero.
Es difícil ser calmado, en un mundo agitado.
Es difícil ser fuerte, cuando son tantos los débiles.
Mientras tanto, Señor, sé que necesito creer, amar, esperar, ser bueno, ser luz, ser camino.
Y sé también que todo eso sólo es posible con Tu fuerza.
Porque eres nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida.

Anónimo

La esperanza en acción

La esperanza busca lo bueno en la gente en lugar de machacar lo malo.
La esperanza abre las puertas que la desesperación cierra.
La esperanza descubre lo que se puede hacer en lugar de rezongar sobre lo que no se puede.
La esperanza obtiene su poder de una profunda confianza en Dios y la bondad innata de la humanidad.
La esperanza "enciende una vela" en lugar de maldecir la oscuridad.
La esperanza considera los problemas grandes y pequeños, como oportunidades.
La esperanza abriga ilusiones, ni cede ante el cinismo.
La esperanza fija grandes metas, y no se frustra por dificultades o reveses repetidos.
La esperanza empuja hacia adelante cuando sería fácil abandonar.
La esperanza se conforma con modestos logros, pues se da cuenta que "el viaje más largo comienza con un paso".
La esperanza acepta los malos entendidos como el precio de hacer un bien mayor a otros.
La esperanza es una buena perdedora porque tiene la seguridad divina de la victoria final.
"Van a tener que sufrir mucho en este mundo, pero ¡Sean valientes! Yo he vencido al mundo".

Anónimo

lunes, 14 de noviembre de 2011

La amistad

La amistad es el más noble
de los sentimientos
y es siempre el más humilde.
Crece al amparo del desinterés,
se nutre brindándose
y florece cada día con la compresión.
Su sitio está junto al amor,
porque ella también es amor,
y únicamente los honrados
pueden tener amigos,
porque a la amistad
el más ligero de los cálculos la lesiona.
Como es un bien reservado
a los elegidos, resulta
el sentimiento más incomprendido
y el peor interpretado.
No admite sombras ni dobleces,
rusticidades ni renunciamientos,
exige en cambio, sacrificio y valor,
comprensión y verdad,
¡Verdad!
Por sobre todas las cosas.

Anónimo.