sábado, 21 de agosto de 2010

Un hombre entre mil

"Un hombre entre mil -según Salomón-defendernos querrá mejor que un hermano".Veinte años buscarlo no es esfuerno vano

si al fin conseguimos tener su adhesión.

Novecientos noventa y nueve testigos

verán en nosotros lo que el mundo ve;

pero el Hombre Mil amará a sus amigos

aunque todo un pueblo les niegue su fe.

No son tus presentes ni son tus proezas

los que han de moverlo por ir a tu hogar.

Novecientos noventa y nueve, al juzgar,

verán nuestras glorias o nuestras riquezas;

pero él -¡oh, hijo mío!-, si le has encontrado,

podrás entregarte tranquilo a la mar,

porque el Hombre Mil deberá saltar

y hundirse contigo si no te ha salvado.

Si tomares su bolsa, no se ha de enojar;

y aun así la tuya no querrá admitir.

Y al nuevo día lo verás acudir

y con frases amables contigo charlar.

Novecientos noventa y nueve, en los goces,

por plata y el oro venden al amigo,

pero tu Hombre Mil, a aquellos que ha elegido,

no los ofrendará a estos dioses feroces.

Su derecho es tuyo y tus faltas suyas,

tu voz será suya y su techo tu casa.

Su juicio, sea cierto, o su razón escasa,

sosténle -¡oh, hijo mío!- y no le rehuyas.

Novecientos noventa y nueve que ves,

te rinden honor que a la desgracia cede,

pero tu Hombre Mil, contigo retrocede

hasta el pie de la horca, y acaso después...

Rudyard Kipling(Arreglo de B. F. sobre la versión de Jacinto Ramos)