Solamente Dios es. Él, que todo lo creó, guiará tus pasos, pasos que estarán bendecidos por Él.
El tono de voz de Nennius se elevó hasta convertirse en un trueno, y su mirada parecía formada por centellas de fuego, como si derepente tuviese la fuerza de un dios. Tenía una expresión casi amedrentadora, y sus palabras resonaban dentro de mí.
-Tú no eres capaz de nada, Angus; sólo eres capaz de lidiar con los defectos humanos. Pero si tienes fe, estarás con Él, y Él te guiará mucho más allá de tus flaquezas humanas. Serás un campeón de Dios. Por desgracia, muy pocos hombres confían sus pasos al Señor. Esos pocos salvan el mundo, Angus. Y el mundo ha de ser salvado, pues la soberbia, que arruina la fe, devasta el corazón de los hombres. Por eso, Angus, ten fe, confía en Dios y Él te confiará a su grandeza. Y así te parecerás más al proyecto que Dios tenía para con el hombre, querido muchacho, y sus acciones encontrarán exo en el corazón de los que te rodeen, porque ellos reconocerán a Aquel que te guía.
-No lo entiendo, mi señor...¿Cómo puede ese Dios ser un solo y único dios? ¿Cómo puede haberlo creado todo Él solo, el sol, la luna, el mar, los rayos, los truenos?
-Hijo, la fe existe para que el hombre alcance la verdad que el entendimiento no puede proporcionarle. Ella es la guardiana de la esperanza, la caridad, la justicia, la prudencia, la fortaleza y la templanza. Por eso, la tentación diabólica existe en los siete pecados capitales, que quieren arrebatarle a la fe la función a la que debe su existencia. Y, como el demonio desea destruir las virtudes y la fe, tienta así al hombre, y lo hace dudar como tú dudas ahora, dudas generadas por el pensamiento, pero que no existen para el hombre que está en sintonía con Dios. "