jueves, 29 de septiembre de 2011

Historia de un samurai

Cerca de Tokio vivía un gran samurai ya anciano, que se dedicaba a enseñar a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que todavía era capaz de derrotar a cualquier adversario.
Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba a que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia privilegiada para reparar en los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante.
El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha. Con la reputación del samurai, se fue hasta allí para derrotarlo y aumentar su fama. Todos los estudiantes se manifestaban en contra de la idea, pero el viejo aceptó el desafío.
Juntos, todos se dirigieron a la plaza de la ciudad y el joven comenzó a insultar al anciano maestro. Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió en la cara, le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros.
Durante horas hizo todo por provocarlo, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró.
Desilusionados por el hecho de que el maestro soportara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:
-¿Cómo pudiste, maestro, soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usaste tu espada, aún sabiendo que podías perder la lucha, en vez de mostrarte cobarde delante de todos nosotros?
El maestro les preguntó:-Si alguien llega hasta ustedes con un regalo y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el obsequio?
-A quien intentó entregarlo- respondió uno de los alumnos.
-Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos- dijo el maestro.
Cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quien los lleva consigo.

Autor desconocido.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Esos riesgos de la vida

Los éxitos tienen como base una cantidad reiterada de sacrificios y de luchas escalonadas. Por eso es cierto lo que dice Mauricio Nedoncelle: " una brújula no dispensa de remar".
Una leyenda muy antigua relata que en esos tiempos Dios tenía la costumbre de recorrer la tierra... Una tarde aprovechando el fresco, un campesino caminó a su encuentro.
Después de los saludos, el labriego fue al grano con una sugerencia dislocada.
-"Mira, Señor, creo que eres el Creador del mundo y conoces todo lo que hiciste... pero no eres campesino.
Sinceramente, ¿qué sabes de agricultura? Como humilde respuesta Dios le tiró una pregunta:-"Dime, ¿qué me aconsejarías?"
-"Durante un año déjame que yo haga todo según mi parecer...Te digo que según mis planes la pobreza no existirá más..."
Dios y el campesino se dieron un abrazo y el pacto quedó sellado. El labrador pidió lo mejor... nada de tormentas, ni granizo, ni sol fuerte, ni sequías prolongadas...En una palabra, los granos de trigo germinaron y crecieron llamativamente. El granjero se sentía realizado, feliz, ya que todo marchaba según sus planes.
Cuando deseaba lluvia, llovía, cuando quería sol tenue o ardiente, así se le presentaba la jornada. Además el rocío de la noche le daba continuamente energía de siembra. Todo parecía sincronizado, favoreciendo el crecimiento.
Una mañana el campesino se hizo el encontrado con Dios y le manifestó su contento; así como pintaba la cosa, tendría una cosecha tal que según sus cálculos la gente no necesitaría trabajar durante diez años porque tendría alimentos en abundancia.
Pero el día indicado para la trilla, a media mañana, la sorpresa fue contundente: las espigas no tenían peso, los granos estaban vacíos. Las plantas se habían "ido en vicio", como dicen los colonos.
-"Qué pasó aquí?" le preguntó a Dios el desorientado agricultor.
-"Como evitaste todo lo adverso, las lluvias fuertes, el sol abrasador o la falta de rocío oportuno que darían resistencia a la siembra, el trigo se volvió impotente, no formó granos, por lo que se desarrolló desmedidamente en ropaje exterior".

Sin pruebas, sin crisis, sin esfuerzos, no hay desarrollo, ni crecimiento, ni madurez, ni frutos...Dios sabe lo que ideó y proyectó, y aunque pida nuestra colaboración, no podemos ofenderlo alterando sus planes.
La vida es un riesgo que supone esfuerzos, dudas, lucha y hasta aparentes fracasos...Pero el que pelea el buen combate hasta el final, sin desfallecer, recibirá la corona de la vida, según el pensamiento del apóstol Pablo.
"Los que siembran entre lágrimas, cosecharán entre canciones. El sembrador va llorando mientras esparce las semillas, pero vuelve cantando cuando trae las gavillas".
Cuando nos arriesgamos positivamente, recreamos la obra de Dios que nos sorprende con sus bendiciones, a la vez que la vamos completando en equilibrada y respetuosa armonía.

Anónimo.

domingo, 25 de septiembre de 2011

La preeminencia del amor

Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, sin no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás.
Las profecías se acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá, porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Mientras yo era un niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice un hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente, después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente, después conoceré como Dios me conoce a mí.
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor.

1 corintios,13, 1-13

domingo, 11 de septiembre de 2011

Sé feliz

Podés tener defectos, vivir ansioso y estar irritado en algunas ocasiones, pero no te olvides que tu vida es la mayor empresa del mundo.
Sólo vos podés evitar que ella vaya en decadencia.
Hay muchas personas que te precisan, que te admiran y que te quieren.
Recuerda que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, caminos sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas y amor en los desencuentros.
Ser feliz no es sólo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos.
No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegría en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y períodos de crisis.
Ser feliz es la conquista de quien sabe viajar dentro de su propio ser.
Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse una solución y un actor de su propia historia.
Atraviesa desiertos fuera de ti, y encontrarás un oasis en lo recóndito de tu alma.
Agradece a DIOS cada mañana por el milagro de la vida.
Ser feliz es sentir que los sentimientos no te pesan cuando puedas hablar de ti mismo.
Cuando tengas el coraje para oír un "NO", y tener la seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta.
Ser feliz es besar a tus hijos, mimar a tus padres y tener momentos poéticos con tus amigos, aunque ellos te hieran.
Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que está dentro tuyo.
Es tener madurez para decir " Me equivoque".
Es tener la osadía para decir "Perdóname".
Es tener la sensibilidad para expresar " Te necesito".
Es tener capacidad de decir " TE AMO".

Ojalá que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz...
Que tus primaveras seas amante de la alegría.
Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría.
Y, cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo.
Pues así serás cada vez más apasionado por la vida.
Y descubrirás que...
Ser feliz no es tener una vida perfecta.
Sino usar las lágrimas para regar la tolerancia.
Usar las pérdidas para refinar la paciencia.
Usar las fallas para esculpir la serenidad.
Usar el dolor para lapidar el placer.
Usar los obstáculos para abrir las ventanas de tu inteligencia.

Jamás desistas de las personas que amas.
Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible.

¡Y tú eres un ser humano especial!

Anónimo.

Un mundo mejor es posible

Un mundo mejor es posible, porque voy a seguir creyendo, aun cuando la gente pierda la esperanza.
Un mundo mejor es posible, porque voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio.
Un mundo mejor es posible, porque voy a seguir construyendo, aun cuando otros destruyan.
Un mundo mejor es posible, porque voy a seguir hablando de paz, aun en medio de la guerra.
Un mundo mejor es posible, porque voy a seguir iluminando, aun en medio de la oscuridad, y seguiré sembrando, aunque otros pisen mi cosecha, y seguiré gritando, aun cuando otros callen.
Un mundo mejor es posible, porque seguiré transmitiendo alivio, cuando vea dolor, y regalaré motivos de alegría donde sólo haya tristezas. Invitaré a caminar al que decidió quedarse y levantaré los brazos a los que se han rendido.
Un mundo mejor es posible, porque en medio de la desolación, siempre habrá un niño que nos mirará, esperanzado, esperando algo de nosotros, y aun en medio de la tormenta, por algún lado saldrá el sol; y en medio del desierto, crecerá una planta.
Un mundo mejor es posible, porque siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría y una mariposa que nos brinde su belleza.
Pero..., si algún día ves que ya no sigo, no sonrío o callo, sólo acércate y dame un beso, un abrazo o regálame una sonrisa; con eso será suficiente, seguramente me habrá pasado que la vida me abofeteó y me sorprendió por un segundo.
Sólo un gesto tuyo hará que vuelva a mi camino.
Nunca lo olvides..., porque un mundo mejor es posible si estamos juntos.


Anónimo.