sábado, 2 de junio de 2012

¡Sígueme!

Cuando las horas de desaliento te invadan el alma, y las lágrimas afloren en tus ojos, búscame: Yo soy Aquel  que sabe consolarte y pronto se detienen tus lágrimas.
Cuando desaparezca tu ánimo para luchar en las dificultades de la vida, o sientas que estás pronto a desfallecer, llámame: Yo soy la fuerza capaz de remover las piedras de tu camino y sobreponerte a las adversidades del mundo.
Cuando sin clemencia te encontrarás, de suerte que no tuvieras dónde reclinar tu cabeza, corre junto a mí: Yo soy el refugio, en cuyo seno encontrarás guarida para tu cuerpo, y tranquilidad para tu espíritu.
Cuando te falte la calma, en momentos de gran aflicción, y te consideres incapaz de conservar la serenidad de espíritu, invócame: Yo soy la paciencia que te ayudará a vencer las dificultades más dolorosas y triunfar en las situaciones más difíciles.
Cuando te debatas en los misterios de la vida y tengas el alma golpeada por los obstáculos del camino, grita por mí: Yo soy el bálsamo que cicatrizará tus heridas y aliviará tus padecimientos.
Cuando el mundo sólo te haga falsas promesas y creas que ya nadie puede inspirarte confianza, ven a mí: Yo soy la sinceridad, que sabe corresponder a la franqueza de tus actitudes y a la nobleza de tus ideas.
Cuando la tristeza o la melancolía intente albergarse en tu corazón, clama por mí: Yo soy la alegría que te infunde un aliento nuevo y te hará conocer los encantos de tu mundo interior.
Cuando, uno a uno, se destruyan tus ideales más bellos y te sientas desesperado, apela a mí: Yo soy la esperanza que te robustece la Fe.
Cuando la impiedad te revela las faltas y la dureza del corazón humano, aclámame: Yo soy el perdón, que te levanta el ánimo y promueve la rehabilitación de tu alma.
Cuando dudes de todo, hasta de tus propias convicciones, y el escepticismo te aborde el alma, recurre a mí: Yo soy la Fe que te inunda de luz y de entendimiento para que alcance la felicidad.
Cuando ya nadie te tienda una mano tierna y sincera y te desilusiones de los sentimientos de tus semejantes, aproxímate a mí: Yo soy la renuncia que te enseñará a entender la ingratitud de los hombres y la incomprensión del mundo.
Y cuando al fin quieras saber quién soy, pregúntale al río que murmura, al pájaro que canta, a las estrellas que titilan.
Yo soy la dinámica de la vida, y la armonía de la naturaleza.
Me llamo Amor y soy el remedio para todos los males que atormenten tu espíritu.


Anónimo.

Para pensarlo...

Hoy tenemos edificios más altos y autopistas más anchas, pero temperamentos más cortos y puntos de vista más estrechos. Gastamos más, pero disfrutamos menos.
Tenemos casas más grandes, pero familias más chicas.
Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.
Tenemos más conocimientos, pero menos criterio.
Tenemos más medicinas, pero menos salud.
Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores. Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado. Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.
Tenemos mayores ingresos, pero menos moral...
Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría...
Con más comida, pero menos nutrición...
Son días que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios.
Son tiempo de casas más lindas, pero más hogares rotos.
Por todo esto, propongo que de hoy en adelante no guardes nada " para una ocasión especial", porque cada día que vivas es una ocasión especial. Busca a Dios, aprende a conocerle, lee más, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas.
Pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos, come tu comida preferida, visita los sitios que ames. La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es sólo para sobrevivir.
Usa tus copas de cristal, no guardes tu mejor perfume, úsalo cada vez que te den ganas de hacerlo.
Las frases "uno de estos días", "algún día", quítalas de tu vocabulario. Escribamos aquella carta que pensábamos escribir, "uno de estos días". Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuánto los queremos.
Por eso, no retardes nada que agregaría risa y alegría a tu vida.


Anónimo.

viernes, 1 de junio de 2012

Prométete a ti mismo...

Sé tan fuerte... que nada pueda turbar la paz de tu pensamiento.
Habla de felicidad y prosperidad a cada persona que encuentres.
Mira siempre el lado positivo de las cosas.
Piensa solamente lo mejor, trabaja por lo mejor, y espera lo mejor.
Alégrate del triunfo de los otros, como si fuera el tuyo propio.
Olvida los errores cometidos en el pasado, y piensa solamente en las promesas del futuro...
Ten en todo momento buen semblante y ofrece siempre una sonrisa.
Trata de mejorar en cada momento, para que no te quede tiempo de criticar, y tú llegues a lo máximo que puedas ser.
Haz que todos tus amigos sientan que hay algo bueno en ellos.

Prométete a ti mismo, ser;
Demasiado generoso para afligirte...
Demasiado noble para enojarte...
Demasiado fuerte para sentir miedo...
Demasiado feliz para permitir la entrada de preocupaciones...
Luego, cumple estas promesas, y tu vida será distinta.

Dios provee a cada pájaro su alimento, pero no se lo pone en el nido.

Anónimo.