sábado, 17 de abril de 2010

El poder de la puerta negra

Erase una vez en el país de las mil y una noches...
En ese país había un rey que era muy polémico por sus acciones, tomaba a los prisioneros de guerra y los llevaba hacia una enorme sala.
Los prisioneros eran colocados en grandes hileras en el centro de la sala y el rey gritaba diciéndoles: "Les voy a dar una oportunidad, miren el rincón del lado derecho de la sala..." Al hacer esto, los prisioneros veían a algunos soldados armados con arcos y flechas, listos para cualquier acción.
"Ahora, -continuaba el rey- miren hacia el rincón del lado izquierdo..." Al hacer esto, todos los prisioneros notaban que había una horrible y grotesca puerta negra, de aspecto dantesco, cráneos humanos servían como decoración y el picaporte para abrirla era la mano de un cadáver... En verdad, algo verdaderamente horrible sólo de imaginar, mucho más para ver.
El rey se colocaba en el centro de la sala y gritaba: "Ahora escojan, ¿qué es lo que ustedes quieren? Morir clavados por flechas o abrir rápidamente aquella puerta negra mientras los dejo encerrados allí? Ahora decidan, tienen libre albedrío, escojan..."
Todos los prisioneros tenían el mismo comportamiento: a la hora de tomar la decisión, ellos llegaban cerca de la horrorosa puerta negra de más de cuatro metros de altura, miraban los cadáveres, la sangre humana y los esqueletos con leyendas escritas del tipo: "viva la muerte", y decidián: "prefiero morir flechado..." Uno a uno, todos actuaban de la misma forma, miraban la puerta negra y a los arqueros de la muerte y decían al rey: "Prefiero ser atravesado por flechas a abrir esa puerta y quedarme encerrado."
Millares optaron por lo que estaban viendo: la muerte por las flechas.
Un día, la guerra terminó. Pasado el tiempo, uno de los soldados del "pelotón de flechas" estaba barriendo la enorme sala cuando apareció el rey.
El soldado, con toda reverencia y un poco temeroso, preguntó: "Sabes, gran rey, yo siempre tuve curiosidad, no te enfades con mi pregunta, pero...¿qué es lo que hay detrás de aquella puerta negra?" El rey respondió..."¿Recuerdas que a los prisioneros siempre les di la opción de escoger? Pues bien... ve y abre esa puerta negra." El soldado, temeroso, abrió cautelosamente la puerta y sintió un rayo puro de sol besar el suelo enorme de la sala, abrió un poco más la puerta y más luz y un delicioso aroma a verde llenaron el lugar.
El soldado notó que la puerta negra daba hacia un campo que apuntaba a un gran camino. Fue ahí que el soldado se dio cuenta de que la puerta negra llevaba hacia la libertad...

Todos tenemos una puerta negra dentro de nuestra mente. Para algunos, la puerta negra es el miedo a lo desconocido, para otros, es una persona difícil, tal vez para otros es una frustración, ya sea miedo a relacionarse o miedo a ser rechazado, miedo a innovar o miedo a cambiar, miedo a volar más alto... Para algunos la puerta negra es la inseguridad porque la falta de preparación lo atemoriza, o una traba imaginaria que la inseguridad de la vida fabricó durante su educación o s crianza.

Pero si tú puedes perder, también puedes vencer. Si das un paso más allá del miedo, vas a encontrar un rayo de sol entrando en tu vida...

"Abre esa puerta negra y deja que el sol te inunde..."


Anónimo

jueves, 15 de abril de 2010

Un cuento de árboles

(Uno de mis cuentos favoritos)

Había una vez tres árboles en la colina de un bosque. Hablaban acerca de sus sueños y esperanzas, y el primero dijo: "Algún día seré un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Estaré decorado con labrados artísticos y tallados finos; todos verán mi belleza".
El segundo árbol dijo: "Algún día seré una poderosa embarcación. Llevaré a los más grandes reyes y reinas a través de los océanos, e iré a todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza y poderoso casco".
Finalmente el tercer árbol dijo: "Yo quiero crecer para ser el más recto y grande de todos los árboles del bosque. La gente me verá en la cima, mirará mis poderosas ramas y pensarán en el Dios de los cielos, y cuán cerca estoy de alcanzarlo. Seré el más grande árbol de todos los tiempos y la gente siempre me recordará".
Después de unos años de que los árboles oraban para que sus sueños se convirtieran en realidad, un grupo de leñadores vino donde estaban los árboles.
Cuando uno vio al primer árbol dijo: "Este me parece un árbol fuerte; creo que podría vender su madera a un carpintero", y comenzó a cortarlo. El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría convertirlo en un cofre para tesoros.
El otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol: "Parece un árbol fuerte; creo que lo podré vender al carpintero del puerto". El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino de convertirse en una poderosa embarcación.
El último leñador se acercó al tercer árbol; éste estaba asustado, pues sabía que si lo cortaban, su sueño nunca se volvería realidad. El leñador dijo entonces: " No necesito nada especial del árbol que corte, así que tomaré éste". Y cortó el tercer árbol.
Cuando el primer árbol llego donde el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era por lo que había orado.
El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesta en un lago. Y vio cómo sus sueños de ser una gran embarcación cargando reyes había llegado a su final.
El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad de una bodega.
Años más tarde, los árboles olvidaron sus sueños y esperanzas por lo que tanto habián orado.
Entonces un día un hombre y una mujer llegaron al pesebre, Ella dio a luz a un niño, y lo colocó en la paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol. El hombre deseaba haber podido tener una cuna para su bebé, pero este cajón debería serlo. El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que había contenido el más grande tesoro de la historia.
Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa en la cual habián convertido al segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca. Mientras ellos estaban en el agua, una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres. Los hombres despertaron al que dormía, éste se levantó y dijo: "Calma ¡Quédate quieto!" Y la tormenta y las olas se detuvieron. En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que había llevado al Rey de Reyes y el Señor de Señores.
Finalmente un tiempo después alguien vino y tomó el tercer árbol convertido en tablas. Fue cargado por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al Hombre que lo cargaba. Se detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir en la cima de la colina. Cuando llegó el domingo, el tercer árbol se dio cuenta de que él fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en él.


La moraleja es:

Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene un plan para ti. Si pones tu confianza en Él, te dará grandes regalos y sastifacciones a su tiempo. Recuerda que cada árbol obtuvo lo que pidió, sólo que no en la forma en que pensaban. No siempre sabemos lo que Dios planea para nosotros, sólo sabemos que:
Sus caminos no son nuestros caminos pero... Sus caminos siempre son los mejores.

Anónimo

martes, 13 de abril de 2010

Empieza por ti

Cuando era joven y libre y mi imaginación no tenía limites, soñaba con cambiar el mundo.
Al volverme más viejo y más sabio, descubrí que el mundo no cambiaría, entonces, acorté un poco mis objetivos y decidí cambiar sólo mi país.
Pero también él parecía inamovible.
Al ingresar en mis años de ocaso, en un último intento desesperado, me propuse cambiar sólo a mi familia, a mis allegados, pero, por desgracía, no me quedaba ninguno.
Y ahora que estoy en mi lecho de muerte, de pronto me doy cuenta: Si me hubiera cambiado primero a mí mismo, con el ejemplo habría cambiado a mi familia.
Y a partir de mi inspiración y estímulo, podría haber hecho un bien a mi país y, quién sabe, tal vez incluso habría cambiado al mundo.

Las presentes palabras fueron escritas en la tumba de un obispo anglicano (1100 D.C.) en las criptas de la Abadía de Westminster

lunes, 12 de abril de 2010

La vasija agrietada

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego la vasija perfecta estaba orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergozada de su propia imperefección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole:
-"Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir."
El aguador, apesadumbrado, le dijo compasivamente:
-"Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino."
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a los largo del trayecto, pero de todos modos se sintio apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debia llevar.
El aguador le dijo entonces:
-"Te diste cuenta de que las flores sólo crecen de tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.
"Cada uno de nosotros tiene sus propias griestas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados."

Sacar provecho de lo que consideramos nuestros defectos, es la misión que debes proponerte a partir de hoy. Todos podemos realizar grandes cosas, simplemente hay que ENCONTRAR LA FORMA.

Anónimo.

La duda trajo el ocaso

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar una altísima montaña, inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria sólo para él, por lo tanto subío sin compañeros.
Empezo a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y oscureció.
La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, la luna y las estrellas estaban cubiertas por nubes.
Subiendo por un acantilado, a sólo unos pocos metros de la cima, se resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad vertiginosa.
El alpinista sólo podía ver veloces manchas oscuras y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida.
Pensaba en la cercanía de la muerte. Sin embargo, de repente, sintió el fortísimo tirón de la larga soga que lo amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña.
En ese momento de quietud, suspendido en el aire, no le quedó más que gritar:¡Ayúdame, Dios mío!
De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
-¿Qué quieres que haga?
-Sálvame, Dios mío.
-¿Realmente crees que Yo te pueda salvar?
-Por supuesto, Señor
-Entonces corta la cuerda que te sostiene...
Hubo un momento de silencio; el hombre se aferró más aún a la cuerda.

Cuenta el equipo de rescate, que al otro día encontraron a un alpinista colgando muerto, congelado, agarradas sus manos fuertemente a la cuerda... a tan sólo dos metros del suelo...

¿Y vos?¿Qué tan aferrado estás a tu cuerda?¿Te soltarías?


No dudes nunca de Dios. Nunca debes decir que Él te ha olvidado o abandonado. No pienses jamás que Él no se ocupa de ti. Recuerda siempre que Él te sostiene de su mano derecha.
(Is. 41:13)

La amistad

-Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo...- dijo un soldado a su teniente.
-Permiso negado, replicó el oficial. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto.
El soldado haciendo caso omiso de la prohibición, salió y regresó una hora más tarde mortalmente herido, transportando el cadéver de su amigo.
El oficial estaba furioso.
-¡Ya le dije que había muerto! dígame... ¿Merecía la pena ir hasta allá para traer un cadáver?
Y el soldado moribundo respondió:
-Claro que sí, señor: Cuando lo encontré todavía estaba vivo y pudo decirme: "¡Estaba seguro que vendrías!"

"Amigo es aquél que llega cuando todos se han ido"

sábado, 10 de abril de 2010

El águila y la tormenta

¿Sabías que un águila sabe cuándo una tormenta se acerca mucho antes de que empiece?
El águila volará a un sitio alto para esperar los vientos que vendrán.
Cuando pega la tormenta, coloca sus alas para que el viento las agarre y le lleve por encima de la tormenta. Mientras que la tormenta esté destrozando abajo, el águila vuela por encima de ella.
El águila no se escapa de la tormenta. Simplemente usa la tormenta para levantarse más alto. Se levanta por los vientos que trae la tormenta. Cuando las tormentas de vida nos vienen -y todos nosotros vamos a pasar por ello- podemos levantarnos por encima poniendo nuestras mentes y nuestra fe hacia Dios.
Las tormentas no tienen que pasar sobre nosotros. Podemos dejar que el poder de Dios nos levante por encima de ellas. Dios nos permite ir con el viento de la tormenta que trae enfermedad, tragedia y demás cosas en nuestras vidas. Podemos volar sobre la tormenta.
Recuerda, no son los pesos de la vida que nos llevan hacia abajo, sino el cómo los manejamos.

Autor desconocido.

viernes, 9 de abril de 2010

Usted es tan importante...

Usted es muy importante para mí.
Usted corre, trabaja, llora, ama.
Usted sonrié. pero nunca me llama.
Usted se entristece, después se calma,
pero no me agradece.
Usted camina, sube, baja escaleras
y no se preocupa por mí.
Usted siente amor, odio, siente todo, menos mi presencia.
Usted tiene los sentidos perfectos,
pero nunca los emplea para mí.
Usted estudia y no me atiende, gana y no me ayuda.
Usted es tan inteligente, y poco sabe de mí.
Usted reclama maltratos, y no valora lo que
hago por usted.
Usted está triste y me culpa por eso, pero si está alegre
no me deja participar de su felicidad.
Usted conoce tanta gente importante, pero no me
conoce a mí que lo considera a usted tan importante.
Usted hace lo que los demás mandan,
pero no hace lo que con humildad le pido.
Usted ascendió en la vida porque pisoteó a los menos
favorecidos, pero si desciende, descarga toda su ira contra mí.
Usted quiebra tantas ramas por sus amigos,
pero no me quita una espina de mi cabeza.
Usted reclama tanto de la vida, pero no sabe que
me entristezco por su causa.
Usted entiende todas las transacciones del mundo,
pero no entiende mi mensaje.
Usted habla con las personas,
y no sabe que yo conozco toda su vida.
Usted enfrenta muchos obstáculos en la vida,
pero qué pena, aunque no lo admita usted tiene
miedo de mí.
Usted defiende a su equipo, a su actor,
pero no me testimonia en medio de sus amigos.
Usted corre en su carro, pero nunca corre a mis brazos.

Yo soy alguien, que a pesar de todo, todos los días toca
a su puerta y pregunta:
"¿Hay un sitio para mí, en su casa, en su vida, en su corazón?
Yo estoy presente en estas líneas que usted,
por curiosidad comenzó a leer,
Yo soy jesucristo y quiero simplemente ser su amigo.
¿Me acepta usted?"


Anónimo

sábado, 3 de abril de 2010

Balance entre luz y sombra

El filsófo llevó a sus discípulos a una habitación oscura.
-¿Qué ven?- les preguntó.
-Nada, maestro- le respondieron-, la oscuridad es absoluta y no nos deja ver.
El filósofo dio una palmada, y se encendieron al mismo tiempo mil lamparas de intensa luz.
-¿Qué ven ahora?- les preguntó otra vez.
-Nada, tampoco - dijeron los discípulos-. Esta luz cegadora nos impide abrir los ojos para ver.
-Aprendan, pues- les enseñó el maestro-, que ni en la luminosidad absoluta ni en la completa oscuridad el hombre puede ver.
Por eso estamos hechos de luces y de sombras, para podernos ver los unos a los otros. ¡Ay de aquel que no perdone la oscuridad que hay en el alma de su hermano, pues no lo podrá ver,y estará solo! Y ¡Ay de aquel que no busque poner luces en su oscuridad, pues a sí mismo se perderá!
Así dijo aquel sabio. Y concluyó:
- Estamos hechos de sombras. ¿Donde mejor que en nosotros puede brillar la luz?

Autor desconocido