-Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo...- dijo un soldado a su teniente.
-Permiso negado, replicó el oficial. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto.
El soldado haciendo caso omiso de la prohibición, salió y regresó una hora más tarde mortalmente herido, transportando el cadéver de su amigo.
El oficial estaba furioso.
-¡Ya le dije que había muerto! dígame... ¿Merecía la pena ir hasta allá para traer un cadáver?
Y el soldado moribundo respondió:
-Claro que sí, señor: Cuando lo encontré todavía estaba vivo y pudo decirme: "¡Estaba seguro que vendrías!"
"Amigo es aquél que llega cuando todos se han ido"
lunes, 12 de abril de 2010
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