miércoles, 24 de febrero de 2010

La serpiente y la luciérnaga

Cuenta la leyenda que, una vez, una serpiente empezó a perseguira una luciérnaga; ésta huía rápido y con miedo la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir. Huyó un día y ella no desistía, dos días y nada. En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y dijo a la serpiente:
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro dar este precedente a nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar.
-¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
-No.
-¿Yo te hice algún mal?
-No.
-Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
-Porque no soporto verte brillar.
Piensa en esto: Selecciona las personas en quienes confiar.
Muchas veces nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿por qué me pasa ésto si yo no hice nada malo? La respuesta es sencilla: porque no soportan verte brillar. La envidia es el peor sentimiento que podemos tener. Envidiar a otras personas, sus logros, es en definitiva envidiar ver a otros brillar. Cuando esto nos pase, NO DEJEMOS DE BRILLAR, no dejemos de seguir siendo nosotros, de seguir haciendo lo mejor que sepamos hacer. De todas maneras, aunque nos hieran, no podrán tocarnos, porque nuestra luz seguirá intacta, nuestra esencia permanecerá, pase lo que pase.

Autor desconocido.

No hay comentarios: